David y Goliat

Mira,

Te voy a contar una historia que tanto si tienes un cachorro como un perro joven, lo mismo te sirve.

Cuando Goliat llegó a casa con tres meses, David no se creía lo fácil que estaba siendo 

enseñarle a convivir con él en casa. 

Goliat era un cachorro de mastín.

Cuando empezaron a salir juntos a la calle, las cosas no podían ir mejor. 

Goliat se relacionaba con los perros perfectamente, no se asustaba de los coches ni de las 

personas, no ladraba y no estiraba de la correa.

Cuando cumplió 5 meses, David pensó que el trabajo ya estaba hecho y se relajó.

En casa venía en cuanto lo llamaba, estaba tranquilo y era muy fácil la convivencia.

A los 8 meses la cosa empezó a cambiar. Al salir de casa ladraba a todos los perros con los 

que se cruzaba, tiraba de la correa como un demonio y eran una tortura los paseos.

Cómo aún era cachorro pensó aquello de “ cuando se haga mayor, se calmará”…

(Yo, aún no entiendo este razonamiento, la verdad, porque si tengo un hijo que de repente 

se empieza a pelear en el patio del colegio, y no entiendo por qué lo hace, o berrea y grita a  

todos los niños con los que se cruza como un bebé a las tres de la mañana, pues igual lo 

llevaría a un psicólogo a que le pregunten qué le pasa…)

Pero al llegar al año, aquel cachorro que parecía una bendición, se convirtió como todos los 

adolescentes en un rebelde que no sabía como salir a la calle en calma, porque nadie había

sabido explicárselo.

David cometió tres fallos:

No saber traducir sus palabras clave para que Goliat le entendiera.

No formarse para saber cómo guiar a un adolescente que no te escucha.

No saber cómo hacer  que Goliat además de escucharle, quisiera hacer lo que le pedía.

Y más importante aún:

No saber que TODOS  los perros al llegar a la adolescencia descubren el mundo y se desconectan de las personas para empezar a explorar por su cuenta y empiezan a no escuchar y no hacer caso a nadie.

¿Por qué te cuento esto?

Porque si tienes un perro de entre 3 meses y 17 años vas a necesitar ayuda en todas las etapas de su vida para entender:

Qué te dice en su idioma.

Cómo se siente emocionalmente para que no la líe parda.

Cómo traducirle tus palabras para que tengan sentido y te haga caso.

Y cómo motivarle para que quiera hacerlo.

Para los que quieran saber cómo traducir a su perro para que entienda qué puñetas le está pidiendo y además entender en todo momento cómo se siente para evitar que se vuelva loco al llegar a la adolescencia… 

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Y SOBRE TODO PARA TÍ.