Mira.
Cuando era pequeña me encantaba la verbena de Sant Joan, en mi casa mi padre y mi abuelo montaban toda una fiesta con los fuegos artificiales, un estallido de colores y sonidos atronadores que todos disfrutábamos…
Eran los 80 y yo tenía 10 años.
Completamente ajena a todo lo que suponía para los animales todo aquello, desde mis perros que se escondían debajo de la mesa a punto de morir de un infarto ( en aquella época solo tenían permiso para entrar en casa cuando estaban a punto de estirar la pata en días como aquel…) a todos los animales del bosque que se escondían muertos de miedo, pero que nadie reparaba en ellos.
Yo observaba a mi madre ver todo aquello como algo normal, era lo que todo el mundo hacía y nadie se planteaba dejar de hacerlo.
Pero a mí, ver a mi querida perra Ringa, mi hermana de alma, mearse encima del miedo que tenía, pues no me parecía muy normal, que quieres que te diga.
46 años más tarde en el 2024, no hemos avanzado mucho.
Sí que es verdad, que el nivel de conciencia en Catalunya es infinitamente superior que entonces, fuera de aquí ya,se han quedado en la época de Cuéntame.
Bueno a lo que iba.
Los perros se asustan igual antes que ahora, y aunque creas que el tuyo no, déjame decirte que en cualquier momento, si suena algo demasiado fuerte cerca y lo asocia, te vas a acordar de ese puñetero S. Joan toda tu vida, porque puede empezar a asustarse de los truenos, de la lluvia, de los relámpagos y hasta del vuelo de las mariposas.
Hazme caso, que lo he vivido.
El perro de un cliente que estaba más que acostumbrado a los ruidos fuertes, un día el vecino tiró un petardo, lo asoció a peligro y ahora cuando hay tormenta ya pueden volver del trabajo a rescatarlo, porque tira la puerta abajo del miedo que ha cogido.
Esto, es así.
He vivido muchas veces casos como este.
Esto va para los que dejan a su perro en el jardín y se van de verbena…
Buena suerte si cuando vuelven su perro sigue vivo, o ha hecho un boquete en la valla y se ha pirado, o ha atravesado la puerta dejándose las uñas en ella.
Y créeme que he vivido todas estas situaciones en diferentes casas.
La otra, es que entran en pánico, saltan la valla y se pierden. No los han vuelto a encontrar.
Palabra.
Para los que aún observan a sus perros , quieren ser responsables de las vidas que están a su cargo y asegurarse de que sobrevivirán a la III guerra mundial que es cómo lo entienden ellos, te puedo dar pautas sobre cómo ayudarle en el peor día del año para él.
AQUÍ.
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