La princesa cochina

Mira, 

La semana pasada mis vecinos trajeron a sus vidas una cachorro de carlino,

uno de esos perros que te miran con los ojos redondos abiertos como platos y que parece 

que ni pestañean, 

una monada vaya,

la verdad es que todos los cachorros son bonitos,

parecen algodón de azúcar de tiernos y suaves que son…

Y la gente los adora, 

sobre todo en Navidad,

cuando el amor está por todas partes, 

y quieres regalar a tu hijo una “mascota” como les llama la gente para definir a una cosa 

que se mueve, se deja acariciar y juega cuando ellos quieren…

O sea una cosa que respira y que inspira mucho amor,

pero que tiene un gran problema…

Y es que no se apaga cuando aprietas el botón de OFF.

Y es que cuando estamos invadidos por el amor, no pensamos,

vamos que no pensamos más allá de nuestra propia conveniencia, 

cómo cuánto va a jugar mi hijo con el perrito corriendo como loco por el jardín,

y qué tranquilo estará cuando después de ponerle como una moto de excitación 

persiguiendo niños y mariposas al viento,  se quedará en cuanto entre en casa.

Que imagen más familiar y tranquila,

todos juntos viendo una peli en el sofá en calma,

sin molestar, 

y pidiendo salir educadamente al jardín cuando tenga ganas de hacer pipí al 

segundo día de llegar a casa prácticamente…

Vale, 

déjame que te baje a la tierra,

¿Qué es lo que se encuentran en realidad?

Pues a la PRINCESA COCHINA,

es decir, 

en este caso, una niña cachorra que se mea por todas partes,

no hace caso cuando la llamas, 

se come todo lo que pilla por el suelo, especialmente los juguetes de los niños,

y corre como un demonio saltando en el sofá y mordiendo las manos y los pies de los 

cachorros humanos,  que se asustan y ya no quieren jugar con “el perro”,

porque en este punto el angelito adorable,

el cachorrito que hacía gracia,

que mirabas embelesad@ soñando con una familia feliz y en calma,

esa imagen ideal de familia perfecta, se ha ido a tomar por saco en una semana.

Y ahí es cuando me llaman y me dicen eso de…

ESTE PERRO ME HA SALIDO MALO, 

o me lo arreglas o lo regalo.

Si no es de raza, se va directo a la perrera, 

en esta época nazi en la que aún vivimos, en la que aún se comercializa con las vidas,  

(a mi me flipa que siga estando permitido criar animales y venderlos como esclavos o como 

comida que es peor)

una época en la que siguen teniendo más privilegios los que “son de raza”,

y aún se pueden salvar de  entrar en una jaula cuando se cansan de ellos,

los que tienen la desgracia de no ser la raza aria,

cómo crezcan más allá de los 4 meses, 

lo tienen crudo para encontrar una familia que los quiera.

Porque entran a formar parte de los miles de perros 

que  son regalados o abandonados en este país tercermundista en el que 

parece mentira pero vivimos, los que pensamos que lo hacemos en la época del bienestar.

Será para nosotros porque lo que es para los perros… 

Lo tienen crudo con nuestra arcaica manera de pensar.

Los que piensan que los niños perros aprenden solos, entienden nuestras palabras y nos 

putean no haciendo nada de lo que les decimos por puro morbo de ver nuestras caras rojas 

de enfado como el culo de un mandril, 

no tienen ni idea de con quién están viviendo, 

bueno esto ya pasa con las parejas, pero me refiero a sus perros.

Los niños perros igual que los cachorros humanos, 

necesitan tiempo para enseñarles lo que en nuestro mundo humano nos gusta socialmente 

y lo que no.

Adivinos aún, no son.

Y el que piense que a un cachorro de  teckel de 8 kgs. que ladra a otros perros por la calle 

porque tiene miedo o porque le da la gana, 

le tienes que poner un collar eléctrico para que aprenda a” respetar”, 

por favor a esos adiestradores de parque jurásico que se han quedado en la época de 

cromañón,

que se dediquen a la cría del calabacín, 

que al menos no crearán calabacines con depresión,

y de paso dejarán de confundir a familias que no entiendo cómo, pero aún se dejan 

convencer por esta chusma, eso sí, 

con 30 años de experiencia a sus espaldas torturando perros, 

que se ve que debe de tener peso para que las familias se lo crean. 

Yo flipo.

Y esto me lo contaron ayer en casa de un cliente hablando de un familiar que se había 

dejado lobotomizar por esta vieja y nueva generación de “profesionales”.

Total, 

para los que acaban de adoptar un cachorro y quieran sobrevivir a la etapa en la que se lo 

comen todo, muerden hasta las faroles y parece que tengan el demonio en el cuerpo,

te lo pongo fácil.

A lo mejor esto te interesa,

Te lo digo porque en este curso grabado te cuento como hacer para que tu cachorro pase 

de ser un ente del inframundo cuando se activa que ni ve, ni escucha, ni hace puñetero 

caso de lo que le pides, a un compañero de vida que entiende lo que le dices y  te escucha,

luego ya, lo que hagas con esta información es cosa tuya.

Para los que quieren cambiar su vida y mejorar la convivencia con su perro y por extensión con su familia en cinco minutos.

AQUÍ.

COMO VIVIR CON UN CACHORRO 

Y NO TIRARTE POR LA VENTANA