Mira,
Vivo con manadas de perros desde hace muchos años,
gracias a las flores de Bach y a comprender el lenguaje de los perros como si fuese
mi lengua materna, consigo que mi casa sea la calma.
PERO NO FUE SIEMPRE ASÍ…
De repente… Del amor al odio
Esta es la historia de dos, de mis entonces seis perros con los que convivía hace
diez años.
La historia de Zar y Jazz.
Te cuento.
Llegan dos cachorros de tres y cuatro meses respectivamente.
Hasta aquí todo bien.
Duermen, comen y juegan juntos hasta que cumplen el año como dos ositos.
Y de repente al cumplir el año…
Sin verlo venir, estalla la primera pelea.
Sin verlo venir porque no observé lo evidente.
Jazz, que es un pastor alemán como una ternera de grande,
le dió por empezar a molestar a Zar, un labrador también muy grande,
que aguantó sus abusos de niño consentido, hasta que se le hincharon las narices,
por no decir otra cosa, y empezó a no pasar ni una liándose la de San Quintín.
Solo te digo que en una de esas Zar acabó con un agujero en la cabeza.
Se pelearon tres veces.
Tanto se fue de madre, que en la última, en la que me metí, acabé con una mordida
en mi pierna dejándomela como un colador.
Yo me equivoqué por no observar lo que estaba pasando delante de mis narices y
Zar se equivocó de pierna.
Si Zar llega a equivocarse al morder a un humano en otra familia,
habría acabado muerto.
SACRIFICADO.
GARANTIZADO.
Su suerte es que me dedico a entender las emociones de los perros para poder
entender cómo se sienten y reconducirlas para solucionar los problemas que surjan.
Ante una situación como esta, te obliga a parar motores, reevaluar la situación,
ver qué está pasando y priorizar en arreglar el problema.
Lo paré todo y simplemente observé y entonces lo ví todo con total claridad.
Cambiamos pautas en la relación entre los dos y conmigo, hábitos diarios y se le dió
a cada uno su lugar en la manada,
pero SOBRE TODO,
me ayudaron muchísimo a calmar las emociones de todos para poder hacer los
cambios que necesitaba en la manada, LAS FLORES DE BACH.
Y ¡LO CONSEGUIMOS!
Con todo el trabajo que hicimos, y ayudándonos de las flores, hace ya 9 años que conviven en calma.
Desde entonces he trabajado con cientos de perros con muchísimos problemas de comportamiento para ver que la BASE DE TODO SIEMPRE ES EMOCIONAL.
Las flores de Bach se han convertido en imprescindibles en muchos casos con los que trabajo.
Para los que están hartos de probar mil estrategias, que ninguna les funcione y estén decididos a abrir la mente…