Amar compulsivamente y un oso panda

No conozco a muchas personas capaces de amar compulsivamente, pero conozco algunas, yo soy una de ellas.

En cambio los perros aman así, TODOS.

Salen a la calle con la misma alegría con la que sale tu hijo al patio del colegio.

Como un oso panda ante un bosque de bambú.

Todo para él. 

TODO.

No hay nada más. 

Ni tú

 ni la correa con la que te arrastra

ni tus gritos…

NI TE VE, NI TE OYE

Y empiezas a pensar…

Este perro es imposible, nunca podré pasear tranquil@ con él.

Este perro es un cabrón.

No conozco perros malos, algunos son sordos eso sí, pero no es lo habitual.

En cambio conozco a muchas personas que hablan a sus perros 

como si fueran sordos o tontos.

ESPERANDO QUE ENTIENDAN SONIDOS EXTRAÑOS 

COMO LAS PALABRAS.

En cambio no esperan que su tortuga les responda… No sé…

¿Qué diferencia deben creer que hay?

Es como si te pones a hablar con las acelgas de la nevera esperando que te contesten.

Anda que si te contestan… Igual pones un negocio y todo.

Bueno a lo que voy.

Cuando empieces a entender cómo traducir tus palabras para que tu perro haga lo que le pides cambiarás tu vida y de paso la suya.

Tu perro está harto como tu tortuga, de no entender si le hablas a las acelgas o a él.

Que a todos los efectos tiene el mismo resultado.

Si quieres que tu perro deje de sentirse como una acelga y tú empieces a ver la luz del sol 

en los paseos más allá de tu brazo estirado como extensión de tu perro… 

AQUÍ

SERVICIOS DE EDUCACIÓN CANINA

PARA LOS DOS

PARA TU PERRO Y PARA TÍ.

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