Me he enamorado,
mira sí,
ya lo he dicho.
Y es que el principio de toda relación es mágica.
Las cosquillas en el estómago,
se te quita el hambre… y solo tienes ganas de…
De veeerteee con esa persona.
Empiezas a segregar dopamina, serotonina, oxitocina y todas las inas.
Te sientes feliz de repente, todo te hace gracia, te ríes y te da igual todas las cagadas que
pueda hacer tu pareja por que no las ves importantes.
Y es que ver, ver, no ves nada… Ni falta que hace, piensas en ese estado de éxtasis.
¡Que bonito…!
Al cabo de un tiempo, lo que antes te hacía gracia empieza a darte por saco y poco a poco
empiezas a sacar la bruja que todas llevamos dentro cuando nos tocan las narices,
(unas más que otras…)
y empiezas a pensar que de qué puñeta te reías cuando hacía las gilipolleces que ahora no
aguantas, y tu pareja se queda a cuadros sin que de repente lo que antes os hacía reír
juntos,
ahora ponga en peligro su cabeza al esquivar el plato en vuelo rasante o un berrido
como el de una cuadrilla de críos en un cumpleaños.
Vamos que no entiende nada y tu casa se convierte en un infierno y de ahí al divorcio…
Un paso.
Pues esto es exactamente lo que pasa en tu vida cuando traes un cachorro a vivir contigo.
Primero el éxtasis. Que mono es este angelito.
Luego las risas. Todo lo que hace te parece gracioso.
Hasta pegar saltos encima de ti como un saltamontes encima de una cama elástica.
Luego lleva la fase de la adolescencia.
Aquí la gracia ya ha pasado y lo que antes hacía que os revolcárais juntos por el sofá,
ahora se convierte en un por saco porque deja pelos en el sofá,
o salta encima de la abuela y se va a romper los pocos dientes que le quedan.
Todo lo que has permitido, de repente se vuelve contra ti.
¿Y POR QUÉ PASA ESTO?
Lo primero,
por no conocer a tu pareja antes de volverte loc@ y no explicar qué cosas te
gustan y cuales te disgustan para que el otro pobre,
no se equivoque continuamente y acabe con tu paciencia y de paso con vuestra relación.
Lo segundo,
por no saber que conocer a tu perro para saber qué necesita,
para que consiga adaptarse a una vida entre humanos que es totalmente opuesta a sus necesidades animales, es vital,
para que no se vuelva loco y empiece a mearse por todas partes,
rascar paredes, ladrar compulsivamente o intentar comerse a todo el que pase por su lado.
En fin, para que un día no te levantes por la mañana, lo mires y pienses…
¿Y tú, quién eres?
Que dejes de reirte con él y empieces a pensar que una perrera estaría mejor.
¿Y CÓMO PUEDES EVITAR EL DIVORCIO?
Pues mira eso te lo explico con una birra.
Pero si quieres saber cómo puedes conseguir que desde cachorro tu perro sepa
qué cosas te hacen cosquillas en el estómago,
y cuales te dan por saco para que no te vuelvas loc@ gritando, te lo explico
AQUÍ.