Mira,
si vives con un perro o más de uno lo mismo esto te interesa…
Te voy a contar una historia que tanto si tienes un problema con tu perro ( o más de uno…) o no, te facilitará la vida con él y con los perros que vengan después, tanto, que querrás ir a por una docena más.
El otro día se escapó Rambo, no el de Stallone, si no el perro de mi vecina, que pesa 50 kgs y es un mastín enorme, que como no se han preocupado de enseñarle nada, pues sale a la calle como un mastodonte con ganas de fiesta.
Luego le pasa lo que a todos los perros, que con la alegría del momento entra en colapso de olores y se desconecta del que va detrás de su correa.
De hecho, le pasa no solo en la calle, en casa también, y esto sí que es raro porque muy mal lo has tenido que hacer para que ni te vea cuando le llamas.
Esto te lo aclaro,una cosa es que te mire con ojos distraídos como si no te viera y otra que te observe prestando atención a lo que estás diciéndole, y ya la leche si encima entiende lo que le explicas. Esto ya es de máster.
Aunque en realidad cuando sabes cómo hablar para que te entienda tu perro, es muy fácil lograr que haya armonía y calma en casa y en la calle también.
Cada día la oigo gritarle cosas y el pobre perro la mira harto…
SIN ENTENDER SUS PALABRAS (aunque ella cree que sí…)
sin entender porqué se ha enfadado esta vez…
Por qué le está gritando por todo…
Y SE PREOCUPA,
Y SE ROMPE SU CONFIANZA EN ELLA…
Bueno, como te decía, el otro día se escapó al abrir la puerta, vió el cielo abierto con la intención de salir a divertirse un rato.
Yo que estaba en la ventana en ese momento, los veo corriendo a él delante y a ella detrás gritando incoherencias muy cabreada, que lógicamente no sirvieron para convencerle de que volviese.
Que tu perro quiera salir a explorar es lo más normal del mundo, pero que te resulte imposible conseguir que vuelva cuando se lo pides además de peligroso para él, va a hacer que te sientas como en “Mujeres al borde de un ataque de nervios” de Almodóvar.
Y te aseguro que cuando entiendes que traduciendo tus palabras y construyendo una relación familiar con tu perro, en lugar de gritarle todo el día como un loro histérico, consigues que haga todo lo que le pides, te cambia la vida.
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