Un pulpo en un garaje

Mira,

El otro día fuí a hacer un canguro a una casa.

No, no me refiero a que fui a casa de un cliente a dar saltos.

Le llaman servicios de canguraje a ir a cuidar perros cuando sus humanos se van a pasar el 

finde fuera.  

O sea que vas una  o dos veces al día a darles de comer, sacarlos a pasear y jugar con 

ellos para que no se estresen y se sientan seguros, cuando su familia no está. 

Para mí, una alternativa bastante mejor a que me dejen en una jaula sin saber si volverán a 

buscarme o no.

Haz con esta información lo que quieras.

Como te decía, fui a cuidar a una abuela, una abuela perra quiero decir, 

a ver, no me refiero a que la abuela de la señora fuera un poco perra que podría ser, 

pobre señora , no la conozco,

me refiero a una perra de trece años que a esa edad pues muy joven ya, no es…

Total,

mientras me enseñaba donde estaba la comida y la cama donde dormía, me hizo una 

consulta ya que estaba, 

esto me pasa a menudo, como en una comida de amigos a alguien se le ocurra mencionar 

que soy “educadora de perros» ( como ellos lo llaman… aunque en realidad más bien lo que 

hago es ayudar a las personas a entender a sus perros)

 estoy perdida, porque ya no se va a hablar de otra cosas que de todos los problemas que 

todo el mundo tiene con sus perros, que además, suelen ser prácticamente los mismos.

La consulta era que porqué su perra lloriqueaba todo el día, si tenía el mejor pienso y el 

mejor cuidado que ella creía que le podía dar.

Para responder suelo preguntar dos cosas:

La primera cosa es cuántas horas pasa sola la perra cuando trabaja.

La segunda cosa es, donde duerme. 

La perra, no ella.

Cuando me dicen que pasa ocho horas o más en soledad en un jardín o lo que es peor 

dentro de casa, 

sin nada más que hacer que mirar la puerta a ver cuando se abre y vuelve a ver vida, 

y que además duerme en el garaje, porque deja pelos… 

Pues que quieres que te diga, que su perra está más perdida en la vida que un pulpo en un 

garaje, y esta vez además literalmente. 

Osea,

que la mayoría de las veces los “problemas de comportamiento” como les suelen llamar a lo 

que nos da por saco, no son más que emociones desequilibradas por no observar cómo se 

sienten los perros. 

Y si no sabemos cómo se sienten, pues lo mejor sería llamar a un terapeuta canino que 

trabaje las emociones para que nos las traduzca.

Lo difícil es encontrar uno, eso sí es verdad,

lo fácil es meter un calambrazo con un collar eléctrico y que deje de fastidiar.

Igual no llora más, 

o igual se tira por la ventana. 

Depende del perro.

Para los que quieren entender a su perro y ayudarle DE VERDAD cuando tienen problemas 

de convivencia, 

y entienden que hay un mundo más allá de pegar gritos para que hagan lo que les pedimos, 

igual esto les interesa. 

SERVICIOS DE ASESORAMIENTO 

CON FLORES DE BACH 

Y AROMATERAPIA

EDUCACIÓN CANINA AMABLE